Si sois como yo y lleváis algún tiempo escribiendo literatura fantástica, seguro que os habéis sentido sobrecogidos o atascado ante la inmensidad de lo que tenéis por delante.
Por un lado, es estupendo poder crear un mundo propio y no tener que regirse por las leyes de este. No tengo que investigar sobre una ciudad, un evento histórico o algún referente científico de importancia, como toca hacer a menudo con las historias realistas.
Por otra parte, crear un mundo de cero es caótico, confuso y a veces roza lo imposible. Puedes pasarte toda una vida creando naciones, culturas, especies y leyes. Solo hay que ver a artistas como R.R. Martin, George Lucas o J.R.R. Tolkien.
He conocido personas que se pasan años de su vida creando y nunca llegan al momento de escribir. Hay otras que lo pasan peor, que temen a la página en blanco que es su mundo y dejan que esta se agrande hasta aplastarles. Yo he pasado por años de ir y venir, sin saber si amaba crear mis reinos y planetas, o lo odiaba con toda mi alma.
Es por esto que he decidido dedicar algo de mi tiempo a escribir mis trucos y los de otros autores de renombre en una serie de capítulos. La intención es evitar el bloqueo de escritor, encontrar el balance entre crear y narrar tu historia y, sobre todo, diseñar un mundo rico y maravilloso.
Espero que esto ayude tanto a los nuevos escritores que os paseéis por aquí, como a mí. Porque, si algo aprendí de mis días presentando talleres de creación literaria, es que no hay nada como ser profesor, para aprender de tus propias lecciones.
Estas son las entradas que tengo pensado crear:
- CÓMO CREAR UNA HISTORIA FANTÁSTICA. Introducción
- LOS PERSONAJES QUE GUÍAN TUS CUENTOS. Definir personalidades
- LA MAGIA DE LAS PALABRAS. Y cómo crear sistemas mágicos
- CÓMO CREAR MUNDOS FANTÁSTICOS. Cultura y geografía
- ANIMALES FANTÁSTICOS Y CÓMO CREARLOS
- CÓMO CREAR RAZAS FANTÁSTICAS. Biología ficticia y sus efectos en la historia
- EL PASADO DE TU MUNDO. Mitos, leyendas y la historia de los vencedores
- INTRODUCCIÓN A LENGUAS FANTÁSTICAS. Preguntas, lenguaje e importancia
¡Si se os ocurren más o tenéis algún tipo de duda, no dudéis en dejar un comentario!
Y ya sin más dilación, aquí tenéis el primer capítulo:
CÓMO CREAR UNA HISTORIA FANTÁSTICA. Introducción
Cuando presentaba mis talleres de Creación de Mundos Fantásticos junto a Pau Sitjar y Roger Peruga, siempre empezábamos hablando del camino del héroe.
Para aquellos que lo desconozcan, el camino del héroe es un término acuñado por el antropólogo Joseph Campbell para describir una estructura narrativa, que aparece una y otra vez en la literatura universal, sobre todo, en la literatura fantástica:
¿Qué tienen en común Harry Potter, Alicia en el País de las Maravillas, la Odisea y Jane Eyre?
Aunque son historias muy diferentes, siguen la misma estructura del mono-mito, que podéis leer
aquí o ver en video
aquí.
Solíamos comenzar hablando de este modelo de relato como introducción al género, pero también para dejar claro que una estructura narrativa no tiene que ser original. Puedes caer en todos los clichés del género fantástico y, si tus personajes están bien definidos, si tu historia está bien narrada y consigues cautivar al lector con tu mundo, a nadie le importará. Los clichés dejarán de ser clichés y se convertirán en pautas que pueden guiar al lector a través de tu libro.
Un ejemplo claro de esto ocurre con Harry Potter y la piedra filosofal. Este libro parece casi una guía al género fantástico en su esquema. Sigue el camino del héroe casi a la perfección, incluye a un protagonista joven, huérfano y abusado, a un viejo mago sabio, a un villano sin matices, que es pura maldad, un objeto mágico que todos quieren obtener, y a dos compañeros, un cerebro y otro músculo, que ayudan al héroe.
Sin embargo, la saga de Harry Potter es adorada por más de una generación, incluso ahora que su autora se ha ganado la aprensión de muchos. Y es que todo eso poco importa cuando la historia nos cautiva. Nos hemos criado con estos personajes y el mundo de Hogwarts se ha convertido en algo casi tangible.
Tal vez pensemos que necesita un talento especial para escribir una gran obra de fantasía y, hasta cierto punto, eso es verdad. Pero a menudo se confunde talento con genio y se menosprecia la habilidad.
Al final, una persona sin gran creatividad o capacidad de narración innata también puede ser un gran escritor. Ya que tanto la creatividad como el lenguaje se pueden aprender. Ser escritor es un oficio que, como todos los demás, requiere maña, sudor y práctica.
Suena horrible para algunos, pero a mí me parece maravilloso. Significa que cualquiera puede convertirse en un escritor decente (quizá no famoso, pero sí habilidoso), si pone esfuerzo.
Con todo esto llego al primer punto en este bloque:
1.- Lee y escribe hasta que te canses, aunque no tengas nada nuevo que decir, aunque siempre leas las mismas historias. Y cuando te canses, lee un poco más.
Brandon Sanderson, autor de varios Best-Sellers de fantasía y profesor de literatura creativa en la Universidad americana BYU, recomienda escribir al menos una hora al día o 4 a 8 horas en un fin de semana, si quieres convertirte en un escritor de éxito al cabo de 5 a 10 años.
Stephen King, por ejemplo, es famoso por escribir todos los días, 6 a 8 horas al día, como si de un trabajo normal se tratase. Por supuesto, las personas que aún no nos ganamos la vida con la literatura, no podemos hacer esto, pero siempre hay alguna forma de introducir la lectura y la escritura en nuestra rutina, incluso cuando el tiempo no abunda.
Yo, a veces, me despierto una hora antes entre semana para escribir antes de ir a trabajar. Es cansino, pero de no hacerlo, no siempre encontraría el tiempo por las tardes.
Más allá de eso, es muy importante leer. No solo porque podemos aprender sobre gramática, estructura narrativa, lírica o poesía de otros autores, sino también porque leer en sí nos puede servir de inspiración. Sé que no siempre es fácil.
A veces empezamos un libro que no nos convence, y no hay ningún problema en dejarlo de lado. A veces no encontramos el tiempo o la motivación. Hay demasiadas series, demasiados juegos, demasiadas formas de entretenimiento.
Pero para eso hay trucos:
Yo tengo una cuenta de
Goodreads (podéis encontrarme como A.V. Hailer), dónde puedo ir anotando todo mi progreso con los libros que estoy leyendo o tengo pendientes, además de dejar pequeñas reseñas. Esto hace que las lecturas se vuelvan más como un reto, un videojuego. Cada página leída me acerca más a mi meta.
Para este año me he puesto el reto de leer 105 libros. Por supuesto, eso incluye comics, mangas y audiolibros.
¿No tenéis tiempo para leer en vuestro día a día? ¿Qué hay de los audiolibros? Podéis encontrar varios gratuitos en YouTube y Spotify si no tenéis dinero para invertir en unos nuevos.
Si os interesa, dejad un comentario al final de la entrada y crearé una lista de mis recomendaciones.
2.- Practica tu creatividad.
Con esto pasamos al punto dos: La creatividad hay que practicarla.
Nos gusta pensar en la creatividad y la imaginación como musas que nos susurran a los oídos o capacidades misteriosas a las que solo grandes genios como Mozart, Leonardo o Shakespeare tienen acceso.
Sin embargo, todos los niños pequeños empiezan con una gran creatividad e imaginación. Un trozo de arena se convierte en un pastel, sus monstruos tienen ocho patas y tres cabezas y su forma de contar historias es única.
Todos nacemos con esta capacidad y, aunque la perdamos por un tiempo, siempre podemos recuperarla. Podemos practicar nuestra creatividad y desarrollarla como si se tratase de un músculo en nuestro cuerpo.
Para ello, el primer paso, por supuesto, es soñar. Pero también es importante apuntar cualquier idea, diálogo, escena que se nos ocurra, a ser posible en el momento en el que se nos ocurra. Incluso aunque nos parezca absurda. No queremos decirle a nuestro cerebro que no nos mande ciertas ideas, porque entonces podemos bloquear, sin querer, nuestra creatividad.
3.- Puedes empezar tu historia por el tejado.
La literatura es una de las pocas artes en las que no necesitamos todas las piezas recomendadas para trabajar. En eso, se diferencia bastante de un mueble del IKEA.
¿No tenemos protagonista, pero sí un escenario? Podemos escribir una descripción maravillosa que algún día será útil.
¿Tenemos personaje sin historia? Podemos desarrollar los problemas personales del personaje.
Delibes escribió un libro entero en el que lo único que sucede es que un personaje se queja a su marido muerto (véase
Cinco horas con Mario).
¿Tienes un mundo fantástico pero ninguna historia? Escribe sobre una persona comprando el pan en el mercado, el festival de primavera, el vuelo de un dragón. Todo es válido.
¿Tienes villano, pero no hay forma de derrotarlo? Escribe una tragedia.
4.- No te dejes sobrecoger por tu historia.
Si el mundo se vuelve demasiado grande, tu villano demasiado poderoso, tu historia demasiado compleja, para. Detente. Deja todo de lado por unos instantes, piensa en cualquier otra cosa. Tomate un té, da un paseo, ve al cine, haz yoga.
Luego, vuelve atrás y piensa en lo más importante de tu historia. ¿Es la aventura? ¿El personaje principal? Piensa en lo que quieres contar de verdad y quítale todo lo demás si es necesario. No hay nada de malo en retroceder, reescribir o descartar un proyecto.
Yo a menudo tengo tres versiones distintas de una misma historia y solo me decido por la definitiva cuando encuentro el corazón de esta.
A veces hay tantas cosas que me hace ilusión presentar, que me olvido de la esencia de mi historia. ¿Quería contar una tragedia, mostrar el desarrollo de un personaje o simplemente entretener al público cuando comencé a escribir? Una historia puede tener todos estos elementos, pero saber cuál era el objetivo principal me ayuda a recordar dónde he de hacer énfasis y qué puedo eliminar.
5.- Reescribe y revisa solo cuando hayas terminado la historia.
¿Se te ha ocurrido una nueva idea? Apuntala. No vale la pena reescribir toda tu obra, porque se te ha ocurrido algo nuevo, hasta que no estés seguro de dónde aplicarla.
Este no es un consejo de uso constante.
Toda norma tiene su excepción y esta, en particular, tiene muchas.
Pero es una buena idea esperar un poco antes de reescribir todo lo que has hecho hasta la fecha.
6.- No dejes que el rechazo te haga ceder.
Por último, quiero recordar a cualquier artista o escritor que el rechazo y el fracaso son inevitables.
No somos científicos y no tratamos con hechos. El arte es subjetivo, lo que significa que cualquier cosa que creemos tendrá su público y sus críticas.
Crear una obra es mostrarse vulnerable ante los demás. Sobre todo hoy en día, en un mundo tan conectado.
Además, para aquellos que no solo creen como hobby, sino que busquen convertir su pasión en un negocio, el camino es largo. Hay que llamar a muchas puertas y la mayoría se te cerrarán en la cara.
Puede ser muy duro. Pero si dejamos de intentarlo perderemos nuestro sueño.
Por eso recomiendo a cualquier artista que se una o cree una comunidad de apoyo. No importa si son amigos, familia o artistas online, siempre es bueno tener a gente cerca a la que acudir cuando necesitas que alguien te recuerde por qué tus obras valen la pena.
No vas a gustar a todos, tampoco lo harán tus obras. Pero eso no las hacen menos valiosas.